Desde 1918 hasta 1950 miles de habitantes de la ciudad de Buenos Aires acudían a la Costanera Sur para refrescarse y bañarse en el Balneario Municipal hasta que el deterioro de las aguas a causa de la contaminación decretó la decadencia del paseo.
Hoy, de nuevo miles de habitantes de la ciudad de Buenos Aires acuden al mismo sito pero para disfrutar de un escenario diferente. Donde antes estaban las aguas del Río de La Plata, la naturaleza se apoderó del lugar gestando vida y esplendor utilizando como base y molde las prematuras ruinas del proyectado “Centro Administrativo de la Ciudad”. El abandono de un emprendimiento que pretendía ganarle tierras al río, azarosamente terminó regalándole a Buenos Aires un sitio único.
La Reserva Ecológica Costanera Sur es el aula de la ciudad de Buenos Aires donde todos sus habitantes y visitantes podemos aprender acerca de los beneficios que nos brinda la naturaleza y enterarnos de qué manera podemos conservar nuestro medio ambiente. Es, además, un sitio que permite una experiencia singular y reparadora de la mente y el espíritu, opción saludable y cada vez más necesaria en una de las ciudades más pobladas del mundo.
Lagunas y bañados

Cortaderal, el mar de los pastos

El cortaderal alberga una variada vida animal. La maraña de raíces, tallos rastreros y hojas secas proporciona cuevas y refugios para pequeños roedores, ofidios y una gran variedad de invertebrados. Las espigas brindan alimento y posaderos para numerosas aves como verdones, tijeretas, chingolos, mistos y jilgueros.
Juncal y matorral ribereño

El matorral ribereño es una comunidad exclusiva del Río de la Plata y está integrada por arbustos o pequeños arbolitos de alrededor de 2 m de altura. Las especies son la acacia mansa, el sarandí blanco, rama negra, murta, palo amarillo y curupí.
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