lunes, 6 de mayo de 2013

Los inmigrantes, ayer, hoy, siempre,

Desde mediados del siglo XIX, hombres y mujeres del mundo migran a la Argentina en forma continua. Las causas de la inmigración son diversas.
La mala situación económica en Europa, el hambre, la intención de escapar del servicio militar, el espíritu
de aventuras o el afán de progreso son algunas de las razones por las que muchos abandonaron el viejo continente en busca de mejores condiciones de vida.


El Hotel de Inmigrantes fue construido en Buenos Aires a principios del siglo XX con el objetivo de recibir, prestar servicios, alojar y distribuir a los miles de inmigrantes que, en ese momento, arribaban a la Argentina procedentes de todo el mundo.
Archivo:Hotel Inmigrantes Buenos Aires.jpgEl complejo estaba conformado por diversos pabellones destinados al desembarco, colocación, administración, atención médica, servicios, alojamiento y traslado de los inmigrantes.
El alojamiento, gratuito, era por cinco días. No obstante, la reglamentación se extendía en los casos que hiciera falta, el tiempo necesario para su colocación, hasta que el inmigrante conseguía trabajo. Mientras tanto, en sus instalaciones se los asesoraba sobre el país y los distintos oficios que podía adoptar el migrante. El hotel también los ayudaba a encontrar trabajo, trasladándolos a los lugares donde se precisaba mano de obra.

En la actualidad, y desde hace varias décadas, Argentina se convierte nuevamente en receptora de inmigrantes, provenientes de países limítrofes.
Muchos llegan al país en busca de trabajo, mejorar su calidad de vida y ampliar sus horizontes.En los últimos tres años pidieron su radicación en la Argentina nada menos que 700.000 personas, multiplicando por diez las cifras de los primeros años de la década.
Argentina sigue siendo un país de recepción.Es cierto que el crecimiento económico hizo atractivo el país, sobre todo para quienes provienen de países vecinos menos prósperos, pero la explosión de radicaciones no tiene tanto que ver con entrada de extranjeros al país sino con un inmenso blaqueo que permitió salir de la clandestinidad a centenares de miles de personas que estaban ilegalmente en la Argentina.
 En el total de los que salen y entran del país en un año, aproximadamente son un tres por ciento más los ingresos que los egresos.“La decisión de regularizar la situación de los inmigrantes fue esencialmente política –explica Martín Arias Duval, director nacional de Migraciones, que depende del ministro del Interior, Florencio Randazzo–. Si la apuesta en el Mercosur es a formar un bloque en serio, como la Comunidad Europea, es fundamental que todo ciudadano pueda vivir en cualquiera de los países integrantes del bloque. Esto se estaba demorando por trabas en algunos países del Mercosur, pero el gobierno nacional decidió avanzar igual. Además, el objetivo fue sacar a la gente de la clandestinidad, evitar que sean víctimas de los traficantes de personas, del trabajo esclavo y del enorme temor a que se los expulse y los manden de regreso a situaciones difíciles por las que, justamente, dejaron su país y vinieron a la Argentina. En toda la política migratoria, además, tienen un lugar primordial los derechos humanos.



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