Charles Darwin nació el 12 de febrero de 1809 en Shrewsbury, Shropshire, Inglaterra.
Fue el quinto de los seis hijos del doctor y financiero Robert Darwin, y de Susannah Wedgwood. Nieto de dos prominentes abolicionistas: Erasmus Darwin por parte de padre y de Josiah Wedgwood por parte de madre. A los ocho años de edad ya tenía interés por la historia natural.
Desde septiembre de 1818 y junto a su hermano mayor Erasmus, asistió a la cercana Shrewsbury School, escuela anglicana. Al finalizar sus estudios en 1825 en esta institución, ingresó en la Universidad de Edimburgo, donde comenzó a estudiar medicina. Dos años después dejó la carrera y fue admitido en la Universidad de Cambridge con el fin de convertirse en ministro de la Iglesia de Inglaterra. Allí conoció al geólogo Adam Sedgwick y al naturalista John Stevens Henslow. Adolescente borrachín y disoluto, Darwin se convirtió paradójicamente a la ciencia cuando estudiaba para cura en un seminario y no perdió la fe hasta que vio morir a su hija 1831 obtuvo el graduado en Cambridge en 1831, tras lo que se enroló a los 22 años en el barco de reconocimiento HMS Beagle como naturalista sin paga, para emprender una expedición científica alrededor del mundo. Allí tuvo la oportunidad de observar variadas formaciones geológicas en distintos continentes e islas además de una amplia variedad de fósiles y organismos vivos. En sus observaciones geológicas, Darwin se mostró muy sorprendido por el efecto de las fuerzas naturales en la configuración de la superficie terrestre. En esta época, la mayoría de los geólogos apoyaban la teoría catastrofista, que defendía que la Tierra era el resultado de una sucesión de creaciones de la vida animal y vegetal, y que cada una de ellas había sido destruida por una catástrofe repentina. Según esta teoría, el diluvio universal, había destruido todas las formas de vida que no habían sido incluidas en el arca de Noé. Las demás tan sólo estaban presentes en forma de fósiles. El geólogo Charles Lyell cuestionó este punto de vista. Éste sostenía que la superficie terrestre está sometida a un cambio constante como resultado de fuerzas naturales que actúan de modo uniforme durante largos periodos de tiempo. de tuberculosis.
Especial: Darwin en Argentina - Programas - Canal Encuentro
Fue el quinto de los seis hijos del doctor y financiero Robert Darwin, y de Susannah Wedgwood. Nieto de dos prominentes abolicionistas: Erasmus Darwin por parte de padre y de Josiah Wedgwood por parte de madre. A los ocho años de edad ya tenía interés por la historia natural.
Desde septiembre de 1818 y junto a su hermano mayor Erasmus, asistió a la cercana Shrewsbury School, escuela anglicana. Al finalizar sus estudios en 1825 en esta institución, ingresó en la Universidad de Edimburgo, donde comenzó a estudiar medicina. Dos años después dejó la carrera y fue admitido en la Universidad de Cambridge con el fin de convertirse en ministro de la Iglesia de Inglaterra. Allí conoció al geólogo Adam Sedgwick y al naturalista John Stevens Henslow. Adolescente borrachín y disoluto, Darwin se convirtió paradójicamente a la ciencia cuando estudiaba para cura en un seminario y no perdió la fe hasta que vio morir a su hija 1831 obtuvo el graduado en Cambridge en 1831, tras lo que se enroló a los 22 años en el barco de reconocimiento HMS Beagle como naturalista sin paga, para emprender una expedición científica alrededor del mundo. Allí tuvo la oportunidad de observar variadas formaciones geológicas en distintos continentes e islas además de una amplia variedad de fósiles y organismos vivos. En sus observaciones geológicas, Darwin se mostró muy sorprendido por el efecto de las fuerzas naturales en la configuración de la superficie terrestre. En esta época, la mayoría de los geólogos apoyaban la teoría catastrofista, que defendía que la Tierra era el resultado de una sucesión de creaciones de la vida animal y vegetal, y que cada una de ellas había sido destruida por una catástrofe repentina. Según esta teoría, el diluvio universal, había destruido todas las formas de vida que no habían sido incluidas en el arca de Noé. Las demás tan sólo estaban presentes en forma de fósiles. El geólogo Charles Lyell cuestionó este punto de vista. Éste sostenía que la superficie terrestre está sometida a un cambio constante como resultado de fuerzas naturales que actúan de modo uniforme durante largos periodos de tiempo. de tuberculosis.
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