
Los investigadores aún no han determinado si el fenómeno afectará al volumen global de pérdida de hielo este verano y contribuirá a la elevación del nivel del mar. En las zonas altas, la mayor parte del agua de deshielo vuelve a congelarse rápidamente en el mismo lugar. Pero cerca de la costa, la mayoría se pierde en el océano.
Se trata del segundo fenómeno inusual que se produce en la isla este verano. La semana pasada, un iceberg gigante que duplicaba en tamaño a la isla de Manhattan se desprendió del glaciar Petermann y quedó a la deriva en el mar. Un hecho que los investigadores no consideraron preocupante por sí solo, pero que, unido al excepcional deshielo, puede ser síntoma de un proceso de cambio. "Las observaciones por satélite están ayudando a entender cómo este tipo de eventos pueden relacionarse unos con otros, así como con su conexión con el sistema climático global", asegura Tom Wagner, director del programa de criosfera de la NASA en Washington.